Publicamos algunos fragmentos del discurso de acogida del director de la escuela milanesa “La Zolla” a los alumnos de primero de secundaria.
Queridos chicos:
A partir de hoy empezáis a recorrer dos caminos: uno ya lo habéis empezado, por tanto es un camino que continúa; otro es un camino nuevo que, como podéis imaginar fácilmente, para vosotros comienza hoy. El camino que ya habéis empezado, el que continúa, es un camino importantísimo, es el camino de vuestro crecimiento como personas, vuestro crecimiento físico, y si os fijáis es un camino que recorreríais igualmente aunque no fuerais a clase.
En los próximos años os sucederán, desde este punto de vista, muchas cosas, os encontraréis con muchos cambios: seréis más altos, más guapos, más simpáticos incluso, algunos quizá especialmente; en este camino de crecimiento tal vez se crece de un modo un poco desordenado, a veces a uno le crecen primero las piernas y luego el resto del cuerpo, pero al final se alcanza la medida justa. Entre los chicos, a algunos les empezará a salir barba demasiado rápido, a otros que les gustaría tenerla a lo mejor les crece demasiado tarde, pero este camino, esta serie de novedades importantísimas y preciosas sucedería incluso aunque no fuerais a clase… de hecho os digo además que aunque empezarais a comer la mitad este camino de crecimiento continuaría igualmente.
El camino nuevo que comenzáis hoy, el más bello camino que estáis llamados a recorrer y en el que caminaremos juntos, es la mayor aventura de la vida: hacerse mayor. Es lo más hermoso, lo más fascinante, aunque no todos estén de acuerdo, debéis fiaros de mí y de vuestros profesores. Hay quien piensa que la parte más bonita de la vida es cuando uno es pequeño, le miman, no tiene problemas, todos le sirven y sus preocupaciones también son pequeñas; cuando luego uno tiene que empezar a entrar en su vida como protagonista, ahí empiezan los problemas.
Yo tengo una vecina, una anciana un poco pesada, que cuando me veía con el carrito de mi hija, se asomaba a la niña y me decía: «Disfrútela ahora, porque cuando crecen todo son dolores y disgustos». Y yo pensaba: «¡Vieja bruja! ¡Pájaro de mal agüero! ¿Por qué me dice esta mentira?». Eso es falso, porque en mi experiencia hacerse mayor no es un incordio, no se pierde nada, al contrario está todo por ganar, todo por descubrir, y lo mejor de todo es que no termina, tenéis toda la vida.
¿Qué quiere decir hacerse mayor? Hemos hablado antes de la diferencia entre hacerse mayor como persona, en lo físico, en altura y anchura, pero también hay que hacerse mayor como hombres y mujeres. Nadie os llamará ya, espero, “niño”, “pequeño”, “bebito”, porque si es así os estará engañando: no os confundáis, ya habéis empezado el camino que os introducirá en la vida de los mayores, en la vida adulta.
¿Qué significa hacerse mayor? ¿Qué es lo que está en juego? Empezáis un camino de descubrimientos: ¿qué hay que descubrir? ¿Qué es lo más importante que hay que descubrir, aquello por lo que hacerse mayor merece la pena? Ya habéis empezado a percibir con vuestra inteligencia que hay todo un mundo que, a través del colegio, a través de las horas de clase, a través de vuestros profesores, os es dado para que lo conozcáis.