
Es una ocasión preciosa para pedirle al Señor que nos conceda un curso para aprender, para crecer como personas, para madurar.
Nos reuniremos a las 9:30 h de la mañana y juntos daremos gracias a Dios por comenzar de nuevo este camino hermoso de la enseñanza y el aprendizaje.
Nos recirdaba el Papa Francisco hace unos meses: “(...) los jóvenes no deben estar quietos, deben estar siempre en movimiento,
en todo su ser, pero enraizados en sus raíces. Me preocupan los jóvenes
que están quietos, que han llegado ya a los 25 años y se encuentran en
un bienestar que les anula. En lugar de ser jóvenes que caminan hacia un
futuro, ‘jóvenes de sillón, ‘jóvenes de museo’”.
Comencemos a andar...
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